Biomagnetismo: Ciencia para la salud
El
Biomagnetismo Médico o Par Biomagnético: Un Enfoque Científico para la Sanación
Natural
Aquí: Sitio Web de Biomagnetismo
El Biomagnetismo, una
terapia natural que utiliza la energía magnética para equilibrar el organismo,
ha sido objeto de estudio y debate a lo largo de la historia. Desde tiempos
remotos, el ser humano ha buscado respuestas en la naturaleza para mejorar su
salud, y el biomagnetismo médico es un claro ejemplo de cómo el
conocimiento ancestral puede ser analizado desde la perspectiva científica
contemporánea para ofrecer soluciones efectivas en el ámbito de la sanación
natural.
La curiosidad y la investigación
han sido el motor del conocimiento humano. Si definimos el método científico
como la observación rigurosa, la repetición de fenómenos bajo condiciones
controladas, la cuantificación, la comprensión y la sistematización de la
información para su aplicación en beneficio de la humanidad, podemos afirmar
que la ciencia es tan antigua como nuestra capacidad de razonar.
Sin embargo, si solo
consideramos como conocimiento válido aquel que es financiado, supervisado y
aprobado por instituciones oficiales, entonces estaríamos limitando la riqueza
de saberes acumulados a lo largo de la historia. Muchas de estas experiencias
empíricas han sido la base de lo que hoy llamamos ciencia, aunque en su momento
no fueran reconocidas bajo ese término.
Uno de los fenómenos que más
intrigó a las civilizaciones antiguas fue el poder de atracción y repulsión
de la piedra imán. Sin comprender aún sus principios físicos, las personas
atribuyeron a esta roca propiedades mágicas, utilizándola como amuleto para
protegerse de energías negativas o atraer la buena fortuna. Hoy sabemos que esa
fuerza misteriosa es el magnetismo, y su impacto en la fisiología humana es
innegable.
A pesar de los avances
científicos del siglo XXI, las ideas preconcebidas y los intereses económicos
han relegado conocimientos ancestrales que, analizados desde la óptica moderna,
podrían ser claves para resolver múltiples problemas de salud. Tal es el caso
del biomagnetismo, una disciplina que estudia los efectos de los campos
magnéticos en el cuerpo humano y su capacidad para restaurar el equilibrio
energético y favorecer la sanación natural.
Si bien algunos sectores
desestiman estas terapias por desconocimiento de sus fundamentos científicos,
lo cierto es que la energía magnética tiene aplicaciones terapéuticas
comprobables. No se trata de sustituir los avances de la medicina moderna,
sino de complementarlos con un enfoque integral que respete la biología y el
entorno natural del ser humano.
El propósito de la ciencia no
debe ser solo desarrollar tecnología, sino también comprender y aprovechar los
fenómenos naturales en beneficio de la humanidad. Por ello, el biomagnetismo
y la magnetoterapia continúan siendo objeto de investigación, ofreciendo
alternativas naturales para fortalecer la salud y mejorar la calidad de vida de
las personas.
Durante siglos, creímos que
podíamos erradicar las enfermedades, pero la realidad nos ha demostrado que el
verdadero desafío no es vencerlas, sino aprender a convivir en armonía con
todos los seres vivos con los que compartimos el planeta. Sin embargo, nuestras
emociones, pensamientos y sentimientos negativos rompen ese equilibrio interno,
generando tensión emocional, angustia y depresión, lo que a su vez
afecta el mecanismo homeostático del cuerpo y nos vuelve más vulnerables a las
enfermedades.
Frente a los efectos del
desequilibrio ambiental, el estrés psicológico y las alteraciones orgánicas, la
medicina convencional ha intentado dar respuestas a través de soluciones
químicas de síntesis. Durante décadas, el monopolio científico apostó por fármacos
artificiales, creyendo que eran el máximo avance para restaurar la salud. Sin
embargo, con el tiempo quedó claro que muchas de estas sustancias solo agudizan
los desequilibrios, tratando síntomas sin abordar la raíz del problema.
En este contexto, algunas mentes
innovadoras comprendieron que la naturaleza no oculta sus secretos para
quienes saben observarla con atención. Uno de estos pioneros fue el Dr. Isaac
Goiz Durán, quien, tras años de investigación y práctica, desarrolló un
nuevo modelo de salud-enfermedad y creó una técnica revolucionaria: el Par
Biomagnético. Esta metodología ha demostrado ser capaz de restablecer la
armonía orgánica y resolver múltiples problemas de salud que la medicina
convencional aún no logra abordar con éxito.
El biomagnetismo médico
se basa en el estudio, detección, clasificación y corrección de las
alteraciones del pH en los organismos vivos. A diferencia de la medicina
tradicional, que se ha centrado en el análisis anatómico, químico y biológico,
el biomagnetismo introduce una visión bioenergética, abriendo nuevas
posibilidades para la sanación natural.
Durante siglos, la medicina
alopática ha mantenido los mismos métodos de diagnóstico basados en la
observación de síntomas y análisis de laboratorio, dejando de lado el
equilibrio energético del cuerpo. El especialista moderno, muchas veces
atrapado en la fragmentación del conocimiento, se enfoca en un solo órgano,
sistema o enfermedad, sin considerar que el cuerpo es un sistema
interconectado, donde cualquier alteración bioenergética puede repercutir
en diferentes partes del organismo.
Ejemplos del Impacto del
Biomagnetismo Médico en la Salud
Un caso claro es la hipertensión
arterial idiopática, una condición sin causa aparente que obliga a los
pacientes a depender de fármacos de por vida. No obstante, estudios en
biomagnetismo han revelado que esta afección puede estar relacionada con
desequilibrios en una glándula que regula la vasoconstricción y la
microcirculación. Al restablecer su pH mediante el Par Biomagnético, la
hipertensión puede corregirse de forma definitiva, sin necesidad de
medicación continua.
Lo mismo ocurre con la diabetes,
ya sea insulinodependiente o no. En más del 90% de los casos, esta condición
está asociada a infecciones subclínicas causadas por bacterias como vibrio
cholerae (cólera), salmonella typhi (tifoidea), clostridium botulinum
(botulismo) y brucella (brucelosis). Estas infecciones pueden alterar la
función del páncreas o incluso degradar la insulina, elevando los
niveles de azúcar en sangre. Sin embargo, al identificar y tratar la infección
mediante el biomagnetismo, es posible revertir el desequilibrio y normalizar
la función pancreática.
Repensando el Diagnóstico del
Cáncer
Otro punto crucial es la forma
en que se diagnostica el cáncer. Tradicionalmente, este se basa en
alteraciones en el tamaño y aspecto celular. No obstante, investigaciones
recientes sugieren que muchas de estas modificaciones morfológicas pueden
estar causadas por otras patologías, como la lepra o infecciones
vasculares. Se estima que más del 80% de los casos diagnosticados como
cáncer podrían no serlo, y, sin embargo, los pacientes son sometidos a
tratamientos invasivos como quimioterapia y cirugía, con altos costos económicos, físicos y
emocionales.
Durante décadas, el uso excesivo
de antibióticos ha reprimido la agresión bacteriana sin erradicarla, dando
lugar a infecciones subclínicas que distorsionan la sintomatología
clásica de diversas enfermedades. Es por ello que el biomagnetismo médico
representa una alternativa valiosa, al centrarse en el equilibrio
bioenergético y la corrección de la verdadera causa del problema, en lugar de
solo tratar los síntomas.
El Biomagnetismo: La Medicina
del Futuro
Estamos en un momento crucial
para la medicina. Cada vez más estudios confirman que el biomagnetismo y la
magnetoterapia tienen un impacto real en la salud y representan un puente
entre el conocimiento ancestral y la ciencia moderna. La terapia natural
basada en campos magnéticos está demostrando que es posible sanar el cuerpo
de manera integral, restaurando su equilibrio energético sin necesidad de
fármacos agresivos.
El biomagnetismo no busca
reemplazar la medicina convencional, sino complementarla con un enfoque más
holístico y respetuoso con los procesos naturales del cuerpo. A medida que más
profesionales de la salud exploran su potencial, esta disciplina se consolida
como una herramienta clave en la medicina del futuro.
Es momento de cuestionar los
enfoques convencionales de la medicina y revisar una a una las patologías
humanas desde una perspectiva más amplia, integrando los avances del biomagnetismo
médico. A medida que profundizamos en esta disciplina, descubrimos que el
equilibrio energético del cuerpo es clave para la salud y que la terapia con
campos magnéticos naturales puede restaurarlo de manera efectiva.
La Ciencia del Biomagnetismo y
el Impacto de los Campos Magnéticos en la Salud
La utilización de campos
magnéticos con fines terapéuticos no es nueva. Desde hace décadas, la
ciencia ha empleado radiaciones electromagnéticas para diagnóstico y
tratamiento, con tecnologías como la resonancia magnética y los rayos X.
Sin embargo, la aplicación de campos magnéticos naturales de mediana
intensidad ha sido ignorada, a pesar de sus efectos positivos sobre el
organismo.
Fue hasta la década de los 70
cuando el Dr. Richard Broeringhmeyer descubrió que un campo magnético
puede detectar alteraciones en el pH de los órganos internos, un hallazgo
crucial que sentó las bases del biomagnetismo. En ese momento, la comunidad
científica no le dio la importancia que merecía, pues se creía que un simple
campo magnético no podía tener un impacto significativo en la salud. Sin
embargo, con el tiempo, esta idea ha cambiado radicalmente.
Al revisar la literatura
científica, encontramos estudios sobre el uso de campos electromagnéticos de
alta intensidad, pero pocos sobre el efecto de los campos magnéticos de
mediana intensidad generados por imanes naturales (de 1000 a 50,000
Gauss). A diferencia de los campos electromagnéticos agresivos, que pueden
resultar tóxicos, el biomagnetismo utiliza fuerzas naturales para reestablecer
el equilibrio bioenergético del organismo de forma segura y efectiva.
La Dualidad Energética y la
Salud
Desde tiempos ancestrales,
diversas culturas han comprendido la dualidad como un principio fundamental de
la existencia. En la tradición azteca, se hablaba de Ometeotl y Omoeacatl,
mientras que en la filosofía oriental encontramos el concepto del yin-yang.
Sin embargo, la medicina convencional sigue enfocada en el estudio de los
fenómenos patógenos de manera aislada, sin reconocer la naturaleza dual de
los procesos biológicos.
El Par Biomagnético,
descubierto por el Dr. Isaac Goiz Durán, confirma esta dualidad en los
organismos vivos. Las enfermedades no se originan en un solo punto, sino que se
forman a partir de dos polos energéticos interconectados: positivo y negativo,
norte y sur. Cuando estos polos pierden su equilibrio, se generan desviaciones
en la entropía orgánica, alterando el estado de salud.
Este descubrimiento
revolucionario nos permite entender que las enfermedades no son procesos
aislados, sino el resultado de desbalances energéticos que pueden ser
corregidos. Al aplicar imanes en puntos específicos del cuerpo, se puede
restablecer el equilibrio y normalizar el pH de los órganos afectados.
El Par Biomagnético y su Impacto
en la Salud
Uno de los conceptos más
innovadores del biomagnetismo médico es que cada patología tiene su
propio Par Biomagnético, es decir, una interacción entre dos cargas
energéticas en resonancia. Este principio nos permite:
- Detectar la enfermedad en su origen,
incluso antes de que aparezcan los síntomas clínicos.
- Identificar los microorganismos responsables,
ya sean virus, bacterias, hongos o parásitos.
- Comprender la relación entre diferentes
órganos y su impacto en la salud general.
- Restaurar la homeostasis del organismo
mediante la regulación del pH.
Por ejemplo, en muchas
enfermedades crónicas, como la hipertensión arterial idiopática, la
medicina convencional trata los síntomas con fármacos, sin abordar la causa
subyacente. Sin embargo, el biomagnetismo ha demostrado que este problema puede
estar relacionado con una glándula encargada de la regulación de la vasoconstricción
y la microcirculación. Al aplicar imanes y equilibrar su pH, se ha
observado una mejoría significativa y sostenida en los pacientes.
Otro caso relevante es la diabetes,
que en más del 90% de los casos está vinculada a infecciones subclínicas
de patógenos como vibrio cholerae (cólera), salmonella typhi (tifoidea),
clostridium botulinum (botulismo) y brucella (brucelosis). Estos
microorganismos pueden afectar la función del páncreas o alterar la insulina,
elevando los niveles de glucosa en sangre. Al aplicar la terapia biomagnética y
eliminar la infección, los pacientes han logrado normalizar sus niveles de
azúcar sin necesidad de insulina o medicamentos de por vida.
Una Nueva Visión en el
Diagnóstico y Tratamiento
La medicina convencional se basa
en diagnósticos tardíos, cuando los síntomas ya son evidentes. Por ello, en
muchas enfermedades como el cáncer, las intervenciones suelen ser agresivas
e invasivas, sin considerar otras alternativas menos traumáticas.
El biomagnetismo permite abordar
la enfermedad en sus primeras etapas, identificando la causa real del
problema. En lugar de tratar solo síntomas, se estudia la interacción entre
virus, bacterias y otros microorganismos, entendiendo cómo trabajan en
conjunto para provocar enfermedades crónicas y degenerativas.
Este enfoque nos ofrece
herramientas más precisas para:
- Prevenir la progresión de enfermedades
antes de que se vuelvan irreversibles.
- Mejorar la respuesta a tratamientos médicos
convencionales, al corregir el desequilibrio energético.
- Evitar efectos secundarios de fármacos
innecesarios, promoviendo la sanación natural del
cuerpo.
El Biomagnetismo Médico como
Medicina del Futuro
A diferencia de la medicina
sintomática, el biomagnetismo no se enfoca en una patología específica,
sino en el equilibrio integral del organismo. Su aplicación en el
diagnóstico y tratamiento de diversas afecciones abre una nueva era en la
medicina natural, con un enfoque holístico y bioenergético.
Al identificar y corregir el Par
Biomagnético asociado a cada enfermedad, esta técnica permite recuperar
la salud de forma expedita y contundente, siempre que el tejido no haya
alcanzado un estado degenerativo irreversible.
En la práctica médica
convencional, es común medir la temperatura corporal, la presión arterial,
la frecuencia cardíaca y la actividad eléctrica del corazón y los nervios
periféricos. Sin embargo, los aspectos bioenergéticos del cuerpo humano
rara vez se consideran, a pesar de su impacto en la salud.
El biomagnetismo médico
es la única disciplina que ha logrado medir la energía bioenergética del
organismo, la cual se ve afectada por la concentración alterada de iones
de hidrógeno y radicales libres. Estos cambios energéticos, a su vez, son
generados por la presencia de microorganismos y toxinas en los órganos,
lo que altera su funcionamiento normal.
Toda la materia responde a
cambios en la presión, temperatura, humedad y atracción electromagnética.
Cuando un órgano pierde su equilibrio energético, su metabolismo se ve
afectado. A través del uso de campos magnéticos de mediana intensidad,
es posible medir estas distorsiones de manera indirecta y cualitativa.
Esto se observa mediante cambios en la simetría del cuerpo, provocando
el acortamiento o elongación del hemicuerpo derecho, mientras que el
izquierdo se mantiene estable debido a la acción despolarizadora del corazón
con cada latido.
El Par Biomagnético y la
Polarización Bioenergética
El Par Biomagnético, un
concepto desarrollado a partir de los descubrimientos del Dr. Richard
Broeringhmeyer, confirma que la polarización bioenergética de un órgano
puede llevar, a corto o mediano plazo, a procesos degenerativos. Este
fenómeno es fundamental para entender las enfermedades desde una perspectiva bioenergética
y ofrece una alternativa de tratamiento basada en el uso de campos
magnéticos naturales.
El Par Biomagnético se define
como un conjunto de cargas energéticas opuestas que identifican una
patología. Estas cargas se originan a partir de alteraciones en el pH de los
órganos, formando un desequilibrio que debe ser corregido para restaurar la
salud.
A partir de esta dualidad
bioenergética, surge un concepto fundamental en el biomagnetismo: el Nivel
Energético Normal (NEN).
El Nivel Energético Normal (NEN)
y su Importancia en la Salud
El Nivel Energético Normal
(NEN) establece los límites bioenergéticos en los que se llevan a
cabo todos los procesos metabólicos del cuerpo humano. Estos límites son muy
precisos y estables:
- Temperatura corporal:
entre 36°C y 37°C.
- Absorción electromagnética:
alrededor de 400 Amstrongs (según el Dr. Moncayo, UNAM).
- pH corporal:
próximo a 7.0, con una tolerancia de apenas tres décimas en
ambos sentidos.
Todas las funciones del cuerpo
—desde la actividad fisiológica y bioquímica hasta los procesos inmunológicos y
psicológicos— dependen de la estabilidad de este nivel energético. Sin
embargo, cuando el NEN se ve alterado, se produce un desequilibrio que puede
derivar en enfermedades.
Uno de los errores de la
medicina convencional ha sido asumir que la patología ocurre dentro de los
límites normales de energía. Sin embargo, cuando un órgano supera su
capacidad de adaptación, el desequilibrio se mantiene de forma
independiente, incluso si el agente causante desaparece.
La Ley del Todo o Nada en la
Bioenergética
Este fenómeno sigue un principio
conocido como la Ley del Todo o Nada, similar a la Reobase Muscular.
Según esta ley, una vez que un órgano sale de su nivel energético normal, el
desequilibrio persiste, sin importar si la causa inicial ha sido eliminada.
Se ha demostrado que el umbral
energético donde ocurre esta polarización es superior a 1000 Gauss. En
experimentos con campos magnéticos de hasta 50,000 Gauss, el efecto ha
sido idéntico, lo que indica que por encima de los 1000 Gauss, la
despolarización bioenergética es efectiva y definitiva.
El Papel del Dieléctrico Natural
en la Homeostasis
Para que los órganos mantengan
su equilibrio energético, debe existir un dieléctrico natural que impida
que las cargas se fusionen dentro del Nivel Energético Normal. Este
dieléctrico actúa como un regulador, manteniendo la estabilidad de los pares
biomagnéticos y permitiendo que el cuerpo conserve su homeostasis
bioenergética.
Este aspecto es ignorado en la
bioquímica tradicional, pero es fundamental en la bioenergética, ya que
permite comprender por qué ciertos órganos mantienen su equilibrio y otros
desarrollan patologías.
Uno de los mayores misterios de
la medicina es por qué un órgano se polariza repentinamente hacia un estado
de acidez extrema (exceso de hidrogeniones), mientras que otro órgano
desarrolla alcalinidad (déficit de hidrogeniones y acumulación de radicales
libres con carga negativa).
Cuando logremos comprender
completamente este fenómeno, podremos erradicar muchas enfermedades que
hoy en día consideramos crónicas o incurables.
Una de las principales hipótesis
sobre la formación del polo positivo en los procesos patológicos sugiere
que se debe a la presencia de un elemento altamente reactivo con carga
negativa, como el flúor, en combinación con metales pesados
que actúan como catalizadores. Esta interacción iniciaría un proceso de acumulación
excesiva de iones de hidrógeno, en lo que podría considerarse un fenómeno
opuesto a la desintegración atómica, es decir, una reintegración atómica
donde la materia se condensa en exceso debido a la acumulación de hidrógenos.
El hidrógeno es el
principal aglutinante de la materia orgánica y forma los enlaces más
fuertes dentro de las moléculas biológicas. Desde un punto de vista dinámico,
funciona como el "enganche" molecular que une átomos
esenciales como carbono, oxígeno y nitrógeno, siendo simultáneamente electronegativo
como elemento y electropositivo como ion, dependiendo del comportamiento de
su nebulosidad energética, es decir, el electrón.
La comprensión de los procesos
vitales aún nos desafía, pero es fundamental considerar que las funciones
normales del organismo ocurren dentro de un nivel energético equilibrado,
mientras que las manifestaciones patológicas se desarrollan fuera de este
rango.
Los Efectos de los Polos
Biomagnéticos en los Órganos
Cuando se forma un polo
biomagnético positivo, se desencadena una serie de procesos progresivos
en el órgano afectado:
- Acidosis del tejido,
generando un ambiente propicio para la proliferación de virus.
- Reducción del tamaño del órgano,
debido a la compactación de la materia.
- Disfunción progresiva del órgano,
afectando su capacidad de funcionamiento.
- Procesos degenerativos finales,
con retracción y cicatrización del tejido.
Por otro lado, en el polo
biomagnético negativo, los procesos ocurren en dirección contraria:
- Alcalosis del tejido,
lo que favorece la proliferación de bacterias.
- Expansión del órgano,
provocando inflamación (flogosis) y edema.
- Disfunción del órgano,
con pérdida de su capacidad normal de funcionamiento.
- Procesos degenerativos finales,
con destrucción y dispersión del tejido.
Aunque en ambos casos el
resultado final es la degeneración de la materia, la manifestación de
este proceso varía:
- En el polo positivo, la degeneración
es de tipo retráctil o cicatricial, con una contracción del tejido
afectado.
- En el polo negativo, la degeneración
ocurre por lisis y dispersión, con una descomposición más extendida
del tejido.
La Estricta Resonancia
Bioenergética del Par Biomagnético
El Par Biomagnético no es
solo un fenómeno aislado en el cuerpo, sino que cada polo biomagnético está
siempre asociado a otro de polaridad opuesta. Ambos polos mantienen una resonancia
bioenergética precisa, lo que significa que presentan:
- La misma intensidad de carga.
- La misma frecuencia biomagnética.
- El mismo número de partículas elementales.
En la práctica, no es posible
inhibir un polo de un Par Biomagnético utilizando otro par diferente. Solo
se puede desactivar cada par empujando sus cargas internamente entre sí,
pero no con la carga de otro par independiente.
Este descubrimiento refuerza la
teoría de que el biomagnetismo opera dentro de un sistema de equilibrio dual,
donde cada desajuste energético en un órgano siempre tiene una contraparte
en otro. La correcta identificación y corrección de estos pares mediante la
aplicación de campos magnéticos de mediana intensidad es la clave para restaurar
la homeostasis y recuperar la salud de manera natural.
Un experimento llevado a cabo
por el Dr. Alexis Carrel refuerza esta teoría. Carrel logró mantener vivo el
corazón de un embrión de pollo durante 22 años al cultivarlo en un medio de
nutrientes renovado constantemente. Este experimento demostró que la célula, en
condiciones ideales, puede prolongar su vida indefinidamente, y que la
degeneración celular no es un proceso inevitable, sino el resultado del
deterioro del medio en el que flota. Esto refuerza la idea de que la calidad
del entorno biológico es clave para la longevidad celular y, por ende, para la
salud del organismo en su conjunto.
Desde el nacimiento, nuestro
cuerpo está compuesto en un 80% de agua, pero este porcentaje disminuye
con la edad hasta aproximadamente un 70% en la etapa adulta. Sin
embargo, más allá de la cantidad de agua, lo realmente crucial es la calidad
del medio en el que flotan nuestras células. Se cree que lo que desplaza el
agua en los tejidos son toxinas y radicales libres, alterando así su
entorno y promoviendo procesos degenerativos.
Los Ejes Anatómicos y
Biomagnéticos del Cuerpo Humano
Así como la Tierra tiene dos
polos de rotación (el geográfico y el magnético), el cuerpo humano
también se organiza en dos tipos de ejes que segmentan su estructura:
- Ejes anatómicos,
que se utilizan para estudiar la postura y estructura del cuerpo.
- Ejes biomagnéticos,
que están relacionados con el campo electromagnético del organismo.
Ejes Anatómicos
- Eje anteroposterior:
parte del centro de la frente, pasa por la nariz, el mentón, el esternón,
el ombligo y la sínfisis del pubis, hasta llegar al punto medio entre los
pies.
- Eje lateral: se
extiende desde la parte media de la cabeza, pasando por la oreja, el
hombro, la línea axilar media, el trocánter mayor y el maléolo externo del
tobillo.
- Eje transversal:
divide el cuerpo en dos mitades (superior e inferior) a la altura del
ombligo.
Ejes Biomagnéticos
Aunque paralelos a los
geográficos, los ejes biomagnéticos tienen un punto de simetría que se
encuentra en el borde izquierdo del esternón, a la altura del 5º arco costal.
Estos ejes biomagnéticos están vinculados a la manera en que la energía circula
a través del cuerpo y juegan un papel clave en el estudio del biomagnetismo
médico.
El Par Biomagnético y la
Regulación del pH Corporal
El concepto de Par
Biomagnético sugiere que, en teoría, la aplicación simultánea de ciertas sustancias
reguladoras del pH (ácidos y bases orgánicos) podría equilibrar los desniveles
ácido-básicos en los órganos afectados. Sin embargo, tras analizar más de 70,000
pacientes, se ha demostrado que no existe justificación para intentar
modificar estos procesos mediante sustancias externas.
La producción de hidrogeniones
libres en el cuerpo responde a un proceso bioquímico natural:
- El dióxido de carbono (CO₂) se
asocia con el agua (H₂O).
- La anhidrasa carbónica cataliza esta
reacción, produciendo ácido carbónico (H₂CO₃).
- Este ácido se disocia en carbonatos e
hidrogeniones libres, regulando el equilibrio ácido-base del
organismo.
Intentar modificar este proceso
bloqueando la acción de la anhidrasa carbónica resultaría ineficaz,
ya que la cantidad de ácido carbónico y carbonatos en el cuerpo es tan
grande que haría imposible un control externo.
En este sentido, el biomagnetismo
médico es una terapia natural de carácter preventivo, que permite regular
estas alteraciones sin necesidad de fármacos. La despolarización de los
pares biomagnéticos es suficiente para neutralizar los polos
biomagnéticos y restaurar el equilibrio energético del paciente.
Biomagnetismo y Tratamiento de
Enfermedades
Cuando las enfermedades aún no
han manifestado síntomas específicos, el tratamiento con biomagnetismo
se basa en la detección y despolarización de los pares biomagnéticos, lo
que permite inhibir los procesos iniciales de la enfermedad sin necesidad de
medicamentos.
En casos donde la patología ya
ha avanzado y el paciente presenta síntomas claros, el enfoque terapéutico debe
considerar dos factores:
- La entidad patógena identificada a través
del Par Biomagnético.
- Los síntomas referidos por el paciente y su
impacto en la salud general.
Durante las primeras fases de
una enfermedad, las alteraciones del pH ácido-básico pueden ser
corregidas con campos magnéticos específicos, evitando que evolucionen
hacia una disfunción orgánica más severa.
Si la presencia de virus o
bacterias patógenas ya ha sido confirmada, el tratamiento debe ser más
preciso. En estos casos, la despolarización del Par Biomagnético es
suficiente para inhibir cualquier virus, siempre y cuando el par
asociado a la infección esté correctamente identificado y tratado.
Los virus, en su fase inicial,
son simplemente porciones de nucleoproteína con carga iónica, lo que los
hace altamente sensibles a las leyes del electromagnetismo. Si no han
logrado adherirse a su cápside específica, pueden ser neutralizados
fácilmente a través del biomagnetismo.
Resonancia entre Virus y
Bacterias
Se ha descubierto que algunos virus
patógenos tienen bacterias específicas con las que resuenan
bioenergéticamente, facilitando su persistencia en el cuerpo. Dos ejemplos
bien documentados son:
- Escherichia coli,
que resuena con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH).
- Estafilococo dorado coagulasa positiva,
que resuena con el virus de la hepatitis B.
Este descubrimiento refuerza la idea de que las enfermedades no pueden tratarse de manera aislada, ya que los patógenos interactúan entre sí dentro de un sistema energético interconectado.
El Concepto de Vida Media en los
Seres Vivos
Es importante recordar que todos
los seres vivos tienen una vida media, que varía de acuerdo a su
especie.
- En animales de gran tamaño, como elefantes
y ballenas, la vida media puede superar los 100 años.
- En el ser humano, la vida media es de
aproximadamente 85 años.
- En microorganismos como bacterias y virus,
la vida media es mucho más corta, pero su capacidad de replicación
les permite persistir en el organismo si las condiciones son propicias.
Entender este concepto es clave
para el biomagnetismo médico, ya que permite predecir la evolución de
una enfermedad y diseñar estrategias terapéuticas más efectivas, basadas en
la despolarización selectiva de los pares biomagnéticos.
La vida media de un virus
es extremadamente corta, con una duración de minutos. Todo el proceso de
formación de la nucleoproteína, su asociación con la mucoproteína
específica que lo vuelve patógeno y su propagación ocurre en ese breve
lapso. Esto significa que, al despolarizar el Par Biomagnético
correspondiente y bloquear la producción de nucleoproteínas y mucoproteínas,
el virus desaparece rápidamente del organismo.
No está completamente claro si
los virus que han ingresado a las células pueden seguir desempeñando su función
patógena. Sin embargo, en la práctica, los síntomas asociados al virus
desaparecen tras la despolarización, aunque puedan persistir lesiones
tisulares irreversibles provocadas por la infección o por microorganismos
asociados.
Un ejemplo claro es el virus
del catarro común, cuya vida media es de aproximadamente 15 minutos.
Al despolarizar el Par Biomagnético que lo identifica, los síntomas como
fiebre, congestión nasal y malestar corporal comienzan a ceder en ese
mismo período, iniciando la recuperación del paciente.
Variaciones en el Criterio
Terapéutico
El enfoque terapéutico del biomagnetismo
médico varía en función del número y tipo de pares biomagnéticos que
afecten al organismo.
- Cuando solo hay un Par Biomagnético,
los resultados suelen ser inmediatos y fáciles de controlar.
- Cuando múltiples pares biomagnéticos están
asociados, las manifestaciones clínicas se vuelven
más complejas, lo que puede dificultar el diagnóstico y tratamiento desde
la medicina convencional.
Esto es especialmente evidente
en los síndromes, donde similitudes sintomáticas pueden confundir la
etiología, llevando a los médicos a conformarse con diagnósticos basados en
síntomas sin considerar las causas bioenergéticas subyacentes.
A partir de estos principios, se
han identificado tres categorías de pares biomagnéticos:
- Pares Temporales:
- Se forman como respuesta a traumas o
lesiones específicas y desaparecen cuando el proceso inflamatorio o
doloroso se resuelve.
- Un ejemplo clásico es un esguince de
tobillo, que provoca dolor, inflamación y rigidez. Sin
tratamiento, la recuperación puede requerir inmovilización, compresas
frías, analgésicos y fisioterapia.
- Sin embargo, al aplicar biomagnetismo
en el par correspondiente (generalmente entre la zona afectada y el riñón
del mismo lado), la recuperación se acelera significativamente.
- Pares Asociados:
- Se forman cuando varios pares
biomagnéticos interactúan, generando síntomas combinados o
confundiendo el diagnóstico clínico.
- Estos pares pueden complicar el cuadro
clínico y requerir un análisis más detallado para su correcta
identificación y tratamiento.
- Pares Especiales:
- Se asocian con disfunciones glandulares
y alteraciones metabólicas que no están directamente causadas por
microorganismos patógenos.
- Su identificación es clave para tratar trastornos
hormonales y otras afecciones crónicas.
Reglas Fundamentales del
Biomagnetismo Médico
- El Biomagnetismo Médico es una
técnica diagnóstica y terapéutica.
- El polo biomagnético positivo se
forma por la presencia de hidrogeniones (H⁺)
y/o virus patógenos.
- El polo biomagnético negativo se
forma por la presencia de radicales libres y/o bacterias patógenas.
- Los polos biomagnéticos están en resonancia
vibracional y energética.
- La despolarización biomagnética se
logra aplicando campos magnéticos de más de 1,000 Gauss.
- La despolarización sigue la Ley del Todo
o Nada: una vez alcanzado el umbral energético, la corrección es
inmediata y definitiva.
- La despolarización sigue la Ley Universal
de Cargas: los polos opuestos se neutralizan mutuamente.
- La inducción biomagnética es instantánea,
pero su efecto se agota en segundos.
- Los campos magnéticos ideales para la
inducción están en el rango de 5,000 a 20,000 Gauss.
- Al impactar los polos biomagnéticos,
los virus pierden su información genética y las bacterias pierden
su entorno alcalino, impidiendo su metabolismo y reproducción.
- En teoría, basta con un solo impacto para
erradicar un Par Biomagnético, sin riesgo de
reactivación.
- Los polos biomagnéticos negativos son más
extensos, mientras que los positivos son más compactos.
- Cada polo biomagnético tiene un recíproco
específico, aunque ocasionalmente puede soportar dos pares de carga
contraria.
- Los polos positivos son asintomáticos y
no pueden ser detectados con métodos convencionales de diagnóstico ni
tratados con medicamentos.
- Los polos negativos son sintomáticos y
responden a tratamientos farmacológicos y otras intervenciones médicas.
- En el Nivel Energético Normal (NEN), los
microorganismos patógenos no pueden generarse, pero sí pueden
manifestarse por su metabolismo.
- A medida que los focos biomagnéticos se
aproximan, las enfermedades se agravan, hasta
comprometer estructuras celulares.
- Los imanes de mediana intensidad
(1,000-20,000 Gauss) no son tóxicos ni generan efectos secundarios,
siempre que se apliquen de manera adecuada.
- Los imanes no alteran la entropía celular o
tisular, sino que la reorganizan.
- El puente de hidrógeno,
esencial para la estabilidad molecular, no puede romperse con
magnetismo, pero sí con electricidad, calor o radiación extrema.
Clasificación de los Pares
Biomagnéticos
- Pares Regulares:
Identifican microorganismos patógenos (virus, bacterias, hongos,
parásitos).
- Pares Especiales:
Relacionados con alteraciones tisulares sin presencia de
microorganismos.
- Pares Disfuncionales:
Indican problemas glandulares y desequilibrios hormonales.
- Pares de Reservorios:
Identifican órganos o tejidos que albergan virus en estado latente,
sin manifestaciones clínicas inmediatas.
En términos bioenergéticos:
- En el hemisferio norte, los polos
negativos tienden a formarse en el hemicuerpo derecho.
- En el hemisferio sur, los polos
negativos se localizan en el hemicuerpo izquierdo.
Las enfermedades simples
suelen estar asociadas a un solo par biomagnético, mientras que las enfermedades
complejas resultan de la combinación de múltiples pares.
Finalmente, todas las células
pueden actuar como reservorios naturales de virus, que pueden permanecer
inactivos hasta que una bacteria específica les proporcione la cápside o
mucoproteína necesaria para su activación. Los parásitos también pueden ser
reservorios de bacterias, facilitando su proliferación y reactivación en el
organismo.
Conclusiones
El Biomagnetismo Médico representa
un avance revolucionario en la comprensión de la salud y la enfermedad. Su
enfoque basado en la despolarización de pares biomagnéticos permite:
- Detectar y corregir desequilibrios
bioenergéticos antes de que se manifiesten clínicamente.
- Neutralizar virus y bacterias de manera
inmediata, sin necesidad de fármacos invasivos.
- Restaurar el equilibrio ácido-básico del
cuerpo, favoreciendo la regeneración tisular.
- Ofrecer una terapia natural complementaria,
libre de efectos secundarios y adecuada para el tratamiento de múltiples
patologías.
A medida que más investigaciones
validan sus principios, el biomagnetismo se posiciona como una herramienta
esencial en la medicina del futuro, integrando la sanación natural con
el conocimiento científico.
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